En los años que llevo estudiando
Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales he
presenciado varios acontecimientos que han marcado profundamente la vida estudiantil.
Entre ellas puedo contar algunas de las discusiones acaloradas sobre
los pictóricos murales que un día aparecieron en las paredes de los
edificios del recinto; mini marchas y protestas en apoyo a movimientos de causa
noble; al igual que he vivido en carne propia el drama de entrar a los
sanitarios y sentir que me encuentro en el ahora cerrado Bordo Xochiaca. Pero
jamás había presenciado nada igual a lo que se desató semanas antes de iniciar
las clases y de lo que ahora depende el equilibrio de poder de la
generación 2010-2014.
Me refiero a la creación e
integración del actualmente nominado al Globo de Oro en
la categoría de mejor conjunto dramático/ cómico/
musical y acreedor del premio “La Manzana de la Discordia Más
Deliciosa del Octavo Semestre”: el
Comité de Graduación.
Desde la creación accidental de
un grupo en Facebook que hacía referencia a este Comité, surgieron muchas críticas con respecto
a las personas que lo integraban, ya que muchos compañeros sintieron vulnerado
su derecho a la representatividad e inclusión en él. Yo personalmente participé
en uno de los primeros debates espontáneos online del grupo y lo
reconozco, me comporté como un verdadero tonto al tratar de ridiculizar a la
compañera que había expresado, con mucho tacto y sobre todo una
e-x-c-e-l-e-n-t-e actitud, su inquietud al respecto. Todo terminó en el compromiso
de realizar una junta informativa al respecto.
Sin embargo, siguiendo los
comentarios y peticiones que se hacían en el grupo, así como consultando la
minuta que facilitaron los compañeros "miembros no oficiales del Comité no
oficial de la Graduación no oficial" sobre la junta antes mencionada (a la
cual no asistí debido al compromiso con mi Servicio Social), me percaté de que nadie,
absolutamente ninguno de los dramaturgos de los debates en Facebook ,ni de los
que asistieron a esa junta, se quisieron incluir o levantaron su mano para
proponerse como candidatos. ¿Qué les pasó? ¿Es alguna especie de estrategia
para ganar las elecciones o sabotear la fiesta de graduación? ¿Acaso, al igual
que a mí, les gusta quejarse sin razón aparente? ¿O simplemente les gusta
preguntar por preguntar?
El punto es que, en una escena
que no presencie pero pude imaginar gracias a la minuta ya mencionada, se llegó
a un acuerdo sobre votar por cada uno de los integrantes (tal vez estoy
equivocado, por favor corríjanme). No estoy seguro de que esta sea una buena
idea, ya que obviamente se votará en contra de la permanencia del “wey que me
cae mal, el chico de la mañana/tarde o del ex novio de alguien” y no tomando en
cuenta los argumentos que puedan dar tanto el interesado como el Comité para
mantener su conformación.
Debido a lo anterior se ha
perdido mucho tiempo, el cual pudo haberse ocupado para al menos comenzar a
trabajar sobre el proyecto. Ahora hay que esperar a la votación que nos dirá
a quienes incluimos (léase sacamos del) en el comité. Y no es que defienda a los
posibles miembros del comité porque los conozco o porque algunos son mis
amigos; simplemente son los que están invirtiendo su tiempo e interés en darle
forma a un evento que es de todos y para todos, pero que no todos queremos
organizar. Tampoco tengo una mega propuesta para solucionar el problema, sólo
un llamado a terminar con este circo, a tomar en serio el asunto y a
permitir que los que están interesados en el proyecto se pongan a
trabajar. Las personas que no tenemos el tiempo, a la disposición o las
propuestas, hagámonos a un lado.
Como bien dice mi abuela:
"mucho ayuda el que poco estorba ¡fuera de mi cocina!".
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